La Florida a principios de este siglo, era un fiel prototipo de la hacienda Chilena. Grandes casas patronales, distantes una de la otra por muchos kilómetros.

En 1941, el entonces Arzobispo de Santiago, Cardenal José María Caro, recibe de Don Vicente Valdés Bascuñán la capilla del fundo "Las Mercedes", para el servicio de la comunidad que había desarrollado la vida de la nueva comuna alrededor del sector que hoy conocemos como Bellavista.

El 22 de diciembre de ese mismo año, se funda nuestra parroquia, para el servicio de los 4.685 habitantes de nuestra comuna, con el nombre de San Vicente de Paul, dejándolo de patrono, en honor a la memoria de su benefactor.

El primer párroco fue Monseñor Emilio Tagle Covarruvias, quien guío el caminar de esta nueva comunidad hasta 1947.

Lentamente la población de Santiago se descentraliza y nuestra comuna toma un carácter más urbano naciendo nuevas comunidades que se ampararon bajo el alero de San Vicente de Paul.

En 1953, se celebra la primera Misa de campaña de la comunidad de la población "Los Rosales", Pero sólo después de la misión desarrollada a principios de 1963 con ayuda de la Acción Católica y el párroco Estanislao Kachinsky, compraron con facilidades una mediagua al Hogar de Cristo, que implementa en un terreno destinado a áreas verdes para la construcción de una capilla.

Esta es inaugurada el primero de noviembre de ese mismo año, tomando el nombre de Todos los Santos, reuniéndose la nueva comunidad todos los domingos para celebrar la Santa Eucaristía. A partir de 1980 se organizan asumiendo responsabilidades pastorales para constituirse en una Comunidad Eclesial de Base.

Luego en forma paralela nacen las dos comunidades que llevan de nombre mariano, nos encontramos a fines de 1969 y principios de 1970, siendo párroco de San Vicente de Paul el padre Oscar Thome y partir de la década del setenta el padre Carlos Becker, ambos de la congregación del Verbo Divino.

La comunidad María Madre del Verbo de Dios, nace de los pobladores de la "Villa Perú", quienes están en un proceso de autoconstrucción, donde las hermanas del movimiento de Schöenstatt responden al llamado de evangelizar organizando las celebraciones del Mes de María y la preparación de niños para la Primera Comunión. Desde ese momento la comunidad lucha por un terreno para la construcción de su capilla lo que es concretizado gracias a los esfuerzos económicos en equipo el 22 de noviembre de 1978.

De igual manera, en la Villa Codina, nueve personas que han participado de la Catequesis Familiar con la Sra. Blanca Alvarez organizan obras sociales y de caridad, esta labor se multiplica por lo que se ven en la necesidad de solicitar la ocupación de la Sede de la Junta vecinal, donde las labores de caridad son complementadas con formación catequistica y la celebración más periódicas y participativas de la Santa Misa.

A partir de 1985 la comunidad tiene la celebración de la Misa Dominical, gracias al Presbítero Artemio Urbertti, dando origen al trabajo con los jóvenes con el sacramento de la confirmación, lo que continúa el Grupo Coral siendo el 15 de agosto de 1986 el día en que el párroco Helmut Rigger instaura la comunidad como Comunidad Eclesial de Base, otorgándole el mismo nombre que la legión de María, Capilla Santa María.

Desde entonces y bajo el lema " Si Dios no construye la Casa, en vano se cansan los albañiles" esta comunidad lucha por la construcción de su casa propia.

En 1977 el párroco de San Vicente de Paul compró el terreno que hoy es la capilla Padre Alberto Hurtado, la que fue instaurada como comunidad a partir de abril de 1978 bajo el nombre de San Alberto, nombre que eliminado en la beatificación del Padre Hurtado como una forma de promover la solidaridad y ejemplo del beato chileno.

Con la ayuda de la comunidad de Encuentros Conyugales, se toma la iniciativa de la construcción del templo y la formación de una Comunidad Eclesial de Base, la que se dedica especialmente al trabajo de jóvenes y niños.

En Diciembre de 1989, el Seminario del Verbo Divino restringe su acceso al laicado para dedicarse sólo a la formación como seminario, por lo que la comunidad San José que trabajaba desde 1987 en reflexión bíblica debe buscar un sitio estable. El párroco de San Vicente, Ignacio Muñoz acerca esta comunidad a la congregación Hermanas de Betania, la que ya contaba con una catequesis de Primera comunión y Misas dominicales. De esta unión nace la Comunidad Eclesial de Base Betania, dependiente de nuestra parroquia.

El 15 de agosto de 1991, la congregación es dueña del sitio de calle Perpetua Freire esquina Rodrigo de Triana, quienes con la ayuda de la comunidad construyen un salón multiuso, en el cual funcionan todas las pastorales y Misas comunitarias.

La construcción de la capilla se ve finalizada el 19 de diciembre de 1995, cuando es bendecida por el Cardenal Carlos Oviedo Cavada.

Luego el párroco Julio Caro y su vicario cooperador Manuel Paz nos encontramos realizando nuestro plan pastoral parroquial participativo, con la ayuda del amor del Padre Dios e inspirados por el Espíritu Santo, buscamos por la caridad y comunión crear espacios de participación y compromiso con las conclusiones del IX Sínodo de Santiago para celebrar la llegada del nuevo Milenio con el Jubileo de los dos mil años de la venida de nuestro Salvador y especialmente su Resurrección.

Posteriormente, esta labor fue continuada por el Padre Antonio Fuenzalida y hoy, desde 2013, por el nuestro párroco Francisco Javier Manterola.